viernes, 3 de septiembre de 2010

La Corte Constitucional y el síndrome de Poncio Pilato

Tal y como lo pronosticamos el pasado 1 de agosto en el editorial anterior, en el cual se daba cuenta que el fallo de la corte frente a los arraigados eventos culturales con animales seria declarado exequible mediante sentencia C666/10.

La Corte Constitucional siempre se ha caracterizado por fallar en derecho, por lo general ha mostrado idoneidad y apego a la constitución política, sus pronunciamientos son ley de cumplimiento en todo el territorio nacional, por eso lo que sorprende en este fallo son algunos de los argumentos con los que aduce su decisión.

Causa extrañeza y es difícil entender que la corte avale las prácticas y estos espectáculos en las ciudades donde son tradicionales, pero los prohíbe en donde no son hechos frecuentes. Con este argumento la corte reconoce torturas dolor y sufrimiento en los animales, desconociendo toda la legislación internacional y los tratados suscritos en pro de la defensa de los recursos naturales.

Este fallo fragmenta el territorio nacional y lo divide en dos; El primero: los territorios donde son permitidas las prácticas que producen dolor, agonía y muerte y el segundo tipo de territorios, los cuales serian los propensos a adquirir la misma costumbre.

Si bien el fallo prohíbe que dineros públicos financien estos eventos, será una tarea difícil de controlar.

En fin salvo los votos que hicieron los honorables Magistrados María Victoria Calle Correa, Jorge Iván Palacio Palacio Y Gabriel Eduardo Mendoza Martelo, quienes se opusieron a la decisión, la corte dejo en manos de los toreros y demás “artífices” la decisión de: causar el menor daño, la menor agonía y el menor sufrimiento posible a los animales. A la vez también dejo en las mismas manos la decisión de causar la mayor satisfacción, la mayor alegría y el mayor regocijo posible a quienes son sus espectadores y de quienes devengan sus ingresos económicos. “es parecido a dejar al lobo cuidando las ovejas”

Esta decisión es el reflejo del grado de evolución de nuestra sociedad, que todavía es precario, y tenemos mucho que evolucionar. Por lo anterior debemos decirles a quienes creen que no se puede hacer más y que hay que dejar así. Pues debemos enviar el mensaje de reflexión critica y por el contrario fortalecer las posiciones y revindicar el derecho de los seres vivos de tener una vida digna.

Acatando y respetando la decisión, debemos comenzar a zonificar el país y definir en que pueblos y ciudades no seria permitido este tipo de prácticas culturales.

Establecer redes de veedurías locales para evitar que los dineros públicos financien estas actividades.

Seguir generando cultura en la sociedad par desincentivar estos espectáculos

Trabajar por la conformación de un referendo nacional para consultarle a la población que piensa al respecto.


Nuevamente las y los invito a participar y a disponer de este espacio colectivo para que quienes quieran dar a conocer sus inquietudes y sus propuestas puedan tener en el una herramienta de difusión.


PTA: si consideran que este editorial puede servir para generar conciencia en nuestras amigas y amigos y de más, se autoriza su reenvío y su publicación en otros medios audiovisuales digitales o impresos.



Cordial saludo y nuevamente gracias por leernos.

Jaime Andrés Enríquez Espinel
Coordinador Colectivo Ambiental